Aunque la ESR suele recibir más atención, la corriente de fuga impacta directamente en eficiencia, costes y fiabilidad.
1. Consumo en standby (float charge)
Muchos sistemas mantienen sus supercondensadores completamente cargados durante largos periodos de tiempo, listos para actuar en cuanto se les requiera. Es lo que ocurre en aplicaciones como las turbinas eólicas o los sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS), donde los supercondensadores permanecen en modo de espera esperando un evento crítico.
📊 Ejemplo real:
Una celda típica presenta una corriente de fuga de alrededor de 5 mA. Puede parecer insignificante, pero en un módulo formado por 100 celdas, la corriente total en standby asciende a 500 mA de consumo constante.
Ese consumo continuo se traduce en costes operativos más altos y menor eficiencia energética.
2. Respaldo de energía a corto plazo
En centros de datos o equipos críticos, los supercondensadores deben entregar potencia durante segundos o minutos. Aunque la fuga afecta al consumo en reposo, lo prioritario sigue siendo la capacidad de entregar picos de potencia.
3. Indicador de salud y mantenimiento predictivo
La corriente de fuga es un termómetro del envejecimiento:
- Su aumento progresivo revela degradación interna.
- Una subida sostenida alerta de un fallo inminente.
- Monitorizarla permite sustituir módulos antes de que fallen de forma inesperada.