A pesar del gran crecimiento y adopción de las baterías de Litio, las cuales predominan en sectores tan relevantes como el de la electrónica de consumo o el vehículo eléctrico, sus principios de funcionamiento y los procesos necesarios para su fabricación son desconocidos para la gran mayoría.

El proceso productivo de una batería está compuesto por cientos de pasos, desde la construcción de sus electrodos y ensamblaje del dispositivo, hasta su validación y testeo final. Cada una de estas etapas genera nueva información, como características de los materiales empleados, condiciones de procesamiento, o ensayos y controles de calidad. Podemos encontrar información estructurada, como las condiciones ambientales de la factoría, e información no estructurada, como las imágenes generadas por equipos avanzados como los SEMs (Scanning Electron Microscopes).
La elevada competencia del sector, que lucha por una continua mejora de características como densidades energéticas y velocidades de recarga a precios cada vez más competitivos, exige a los equipos de R&D de las empresas, que desarrollan nuevos materiales y celdas de almacenamiento energético, una cultura de trabajo Data Driven para garantizar la agilidad necesaria en la toma de decisiones y la capacidad de gestión de desarrollos elevadamente complejos.
A pesar de que habitualmente el reto del dato es considerado como un desafío meramente tecnológico, construir una cultura del dato sólida requiere poner aún más foco si cabe en las personas cuyas formas de trabajo queremos transformar. Por ello, en Nanomate, hemos decido apostar por una estrategia del dato que busca alcanzar su objetivo a través de los tres siguientes ejes de acción: querer-saber-poder.