Veamos cómo esta unión entre ambos sistemas es capaz de resolver los problemas que planteamos al comienzo del artículo.
1. Extiende la vida útil de las baterías
Este es el beneficio más directo. Los picos de potencia son el peor enemigo de una batería. Ya sea una fuerte demanda de energía (como el arranque de maquinaria pesada o la conexión simultánea de cientos de hogares en una comunidad energética) o una absorción repentina (como la generada en una frenada regenerativa), estos eventos someten a la batería a un estrés químico y térmico que degrada sus componentes internos y reduce drásticamente su vida útil.
¿Cómo actúa la hibridación? El supercondensador actúa absorbiendo esta demanda. Cuando el sistema necesita un pulso de energía, el supercondensador lo entrega al instante, evitando que la batería sufra. De igual manera, cuando hay un excedente brusco de energía, es el supercondensador quien la absorbe con gran eficiencia para luego transferirla suavemente a la batería. El resultado es una batería que trabaja en condiciones mucho más estables y óptimas, prolongando su vida útil entre 2 y 4 veces.
2. Revolucionando el vehículo eléctrico y la maquinaria pesada
Por ejemplo, en un EV, un autobús, una grúa portuaria o una carretilla elevadora, la hibridación permite:
- Aceleraciones agresivas sin degradar la batería principal.
- Una frenada regenerativa ultraeficiente. Un supercondensador puede capturar hasta el 95% de la energía de la frenada, mientras que una batería no es lo suficientemente rápida para absorberla toda. Esta energía se reutiliza, aumentando la autonomía y la eficiencia general del vehículo.
Reducción del tamaño de la batería. Al no tener que sobredimensionar la batería para soportar los picos, se puede optar por un pack más pequeño y ligero, optimizando costes y peso
3. Estabilización de la red eléctrica y energías renovables
Las energías renovables son intermitentes. Una nube que tapa el sol o una ráfaga de viento que cesa provocan micro-cortes o fluctuaciones en la red, pudiendo desembocar en catastróficos blackouts... En este caso, los bancos de supercondensadores son la solución perfecta. Pueden inyectar o absorber grandes cantidades de potencia en milisegundos para suavizar la curva de generación, garantizando un suministro eléctrico estable y de alta calidad. Son el complemento ideal para los grandes sistemas de almacenamiento en baterías (BESS).
4. Sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI/UPS) de máxima fiabilidad.
En centros de datos, hospitales o industrias críticas, un milisegundo sin energía puede suponer un desastre. Los sistemas SAI tradicionales dependen de baterías que tienen un pequeño retardo. Un sistema híbrido con supercondensadores ofrece una respuesta instantánea, cubriendo ese hueco crítico entre el fallo de la red y la entrada en funcionamiento del sistema de respaldo principal, garantizando una continuidad del servicio sin fisuras.